viernes, 22 de febrero de 2013

Prisas!

Me monté en aquel autobús sin saber a donde iba. No me importaba el destino porque sólo quería salir corriendo de aquel lugar. Dejarlo todo atrás. Tanta prisa llevaba que casi olvido la pequeña mochila que había preparado en aquellos cinco minutos de discusión con quien, por entonces, era la persona más importante de mi vida.
Una vez montada, recordé que me había dejado mi cuaderno de notas sobre la mesa.
- "Las prisas no son buenas". La voz de mi madre se coló en mis pensamientos como un pequeño pepito grillo. Da igual, pensé. Ya no hay vuelta atrás.
El viaje, se me hizo eterno, y eso que conseguí dormir un par de horas.
Al despertar, el autobús se había detenido. Un pequeño señor con gabardina y maletín subía por las escaleras. Se acercó hasta mí, me saludó y sacó una pequeña libreta del maletín. Fue en ese mismo momento cuando recordé que no había sacado el billete.
Karol Conti.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Coaching deportivo.

El partido más importante de la temporada y ahí estábamos esperando a que mi entrenador nos diese "la charla" como si fuesen las espinacas de Popeye.
En el vestuario las paredes sudaban el nerviosismo que alguna había intentado quitarse con una ducha.
- Escuchadme todas, porque esto, os hará ganar.
Era la primera frase de aquel discurso, y para mí, paró el tiempo. Pude entonces observar aquello como si fuese una fotografía que aún guardo en mi memoria.
A mi lado Ana, sentada con las manos vendadas permanecía mirando al suelo, concentrada en cada una de las palabras. Junto a la puerta estaba Eva, ella siempre se levantaba y seguía el ritmo con el balón en los pies. Algunas, como Sara, miraban atentas a los ojos del mister, tratando de traspasar su discurso, de captar su esencia.
Me fijé entonces en mi entrenador, en como movía las manos de un lado a otro. Gesticulaba y hablaba en un tono alto y atropellado. Buscaba contacto visual con las que le miraban atentas y sonreía ante aquellas que miraban al suelo o a cualquier otra parte. Y entonces, antes de pronunciar la última frase, cogió el balón que tenía Eva y se lo pasó de una mano a otra, una vez por cada palabra. Justo después de devolvérselo a los pies, terminó su discurso con un
- ¡No se trata de ganar, se trata de sentirse ganadoras!
¿El partido? Lo ganamos, pero desde el mismo momento en que, a nuestra manera, prestamos la máxima atención a "la charla" convirtiéndola en las espinacas de Popeye.
Karol Conti.

martes, 19 de febrero de 2013

Cuentacuentos

-¿Un peluche? Pero si tiene al menos cuarenta.
-Lo se mamá pero es su cumpleaños y a él le encantan.
- Podríamos cogerle un par de cuentos ¿ no crees?
- No cuentos no, para eso tiene sus muñecos. En su cabeza hay miles de historias lo que pasa que no sabe aún como contarlas.
Llené la bolsa de peluches fantásticos y nos dirigimos a Ávila para la fiesta.
Al llegar, vi a Juan al fondo de la habitación rodeado de sus regalos, salté por encima de ellos para darle los míos.
Y Mientras intentaba descubrir que nuevo cuento estaba creando Juan, escuche a los adultos hablar sobre algo llamado autismo.
Karol Conti.
(Concurso el autismo cuenta. "Cuarenta","cuentos","Ávila" y "autismo")

lunes, 4 de febrero de 2013

La princesa de las nubes.

Miguel las nubes no son rosas. La pequeña Inés siempre intentaba corregir a su hermano.
- ¿ De verdad? ¿Entonces qué es eso?
Ahora los dos corrían hacia la ventana con los ojos bien abiertos.
En el cielo, una nube rosa como de algodón, flotaba entre nubes blancas.
La nube estaba rodeada de un fino hilo blanco que descendía hacia el suelo. En su extremo, una princesa descansaba suspendida.
- ¡La princesa de las nubes! Gritó Inés, mientras abandonaba el cuarto escaleras abajo.
- ¡Espera Inés, me la he encontrado yo, es mía!
La madre, al oír al pequeño Miguel, tomó cartas en el asunto - Inés si lo ha encontrado tu hermano deja que se lo quede.
Pero la pequeña Inés ya había salido al jardín e intentaba subirse al Manzano para alcanzar a la princesa.
Al ver a los dos pequeños, la princesa de las nubes, les ayudó a subir.
- Hola chicos, bienvenidos a mi nube.
La princesa había sentado a ambos niños en la nube rosa, pero ella seguía colgando de aquel finísimo hilo.
- Gracias, dijo Inés.
Pero Miguel, que siempre había sido un niño muy curioso, no tardo ni un segundo en preguntarle ¿ por qué estas colgando de ese hilo?
- Verás Miguel, llevo unos años viviendo en la nube, disfrutando de la comodidad de mis sueños.
- Claro Miguel las nubes están hechas de sueños, interrumpió Inés tratando de parecer la hermana mayor.
- ¿ Entonces ya no quieres soñar? Siguió preguntando Miguel.
Bueno, en realidad es que los sueños de esta nube han perdido un poco de fuerza, y no estoy segura de que puedan sostenerme.
- Pero si sujetan este hilo... ¡Podrán contigo! esta vez era la pequeña Inés quien parecía interesada en la historia.
- Verás Inés, continuó la princesa, el hilo lo he atado yo porque no quiero abandonar esta nube de sueños, pero cada vez es más fino.
Miguel que llevaba un rato callado hizo la pregunta que todos estáis pensando ¿ por qué la nube puede con nosotros?
- Porque uno de mis sueños, era llegar a conoceros.
La madre de Miguel y de Inés, irrumpió entonces en el cuarto - niños ¿que estáis mirando por la ventana? Llevo un rato esperando para que bajéis a comer, ¿no me habéis oído?
En el cielo solo nubes blancas llenas de sueños.
Karol Conti.

domingo, 3 de febrero de 2013

Siempre en nunca jamás

¿Crecer yo? Nunca! Eso no esta hecho para gente como nosotros, pensaba que eras igual que yo, que estabas construida de ilusiones.
Exacto peter, de ilusiones y sueños que crecen como tu y como yo deberíamos hacerlo.
Hace tiempo que sueño con poder abrazar mi futuro contigo, construir miles de sueños más, ayudar a que alguien, a quien amare de forma incondicional, también cree sus ilusiones y crezca junto con sus sueños.
Me pides que renuncie a todo eso, porque te niegas a que tus sueños sean más grandes cada día. Eres un cobarde Peter.
-Necesito tiempo. Espérame.
- ¿Que es el tiempo, peter? El capitán lo perdió hace tiempo, cuando se lo comió aquel cocodrilo...
Karol Conti ( basado en peter pan)

sábado, 2 de febrero de 2013

Misión secreta


- Tienes un corazón que no es de este mundo.
Aquella frase me hizo temer que hubieran descubierto mi secreto y que peligrara mi trabajo. No quiero volver a la que un día fue mi casa porque ahora, La Tierra, me hace mucho más feliz. Quizá tuvo mucho que ver conocer a Lucía, llegar hasta ella aquel día en el quirófano cuando sus médicos pensaban que era imposible tanta complicación en una intervención tan simple, fue toda una suerte.
Recuerdo que la primera frase que oí, una vez instaurada en el pecho de quien hoy es sin duda mi mejor amiga, fue – ¡ a ver esta niña, que va entrar con un frenillo y se va a ir con un soplo!
En ese momento, conocí a su padre. Aquel grandullón se había colado en la sala empujando a un segurata, como él los llama, para pedir explicaciones  –¡ Mi hija lleva aquí 5 horas y nadie le ha dado una explicación a mi mujer! ¿Me vais a decir que pasa?
Su mujer, es Trini, una mujer pequeña pero con un gran corazón, quizá por eso a nadie le extraño que Lucia me tuviera a mí, porque con esos padres, ¿Quién iba a sospechar?
Ahora ya han pasado casi 27 años, Lucía va a cumplir 28 y juntos hemos logrado infinidad de cosas, tantas que incluso he ido aparcando algunas de las misiones que tenía cuando llegué.
Seguro que en lo primero que pensáis es en el amor, pues la verdad es que ha sido de lo más intenso, que Lucía leyera Bécquer desde bien pequeña me facilito mucho la labor. Pero lo mejor es que hemos ido evolucionando. Nunca ha tenido ningún tipo reparo en enamorarse sin importar las consecuencias o las condiciones, incluso a veces, eligiendo mal, me veía incapaz de decirle nada. ¿Cómo iba a no dejarme llevar ante semejantes sentimientos?
Es posible que en la evaluación, el día que tenga que regresar, me resten algún punto, porque debería haber sido capaz de hacerle olvidar o de cambiar de objetivo, pero es que… si leyerais lo que yo he leído…
Lucía es una escritora bastante habitual, todos dicen que es muy buena, y la verdad es que a mí me encanta escucharle leer en alto cada verso que escribe. Así que supongo que algo tengo que ver en que no deje de intentarlo, en que no cese su inspiración. Claro que ella se empeña en buscar otras explicaciones, musas les llama. Pero soy yo quien no se pierde ni una sola palabra de las que borra.
Bueno, el caso es que aquel día cuando escuché aquella frase, me quede de piedra, mis latidos cesaron el ritmo y temí haber sido descubierto sin haber concluido mi formación, sin haber logrado alguno de los objetivos más importantes que me encomendaron.
La voz, es María, una compañera de ilusiones y de trabajo de Lucía en el cole.  La verdad es que desde el primer momento supe que serían grandes amigas. No me preguntéis por qué, esas cosas las sabemos y punto, aunque Lucía tardó algo más en ver las cosas que yo veo en María, quizá porque había un nombre grabado a fuego, un nombre que hasta se convirtió en protagonista de su intento de novela, un nombre que ocupaba tanto espacio en mi que no me dejaba respirar, que me impedía actuar en cualquier aspecto de nuestra vida.
Pero ahora todo es diferente.
Enamorada de nuevo, pero de una manera totalmente nueva, por fin ha conocido a alguien especial, alguien único, que aun no es consciente de su magia, como no lo es mucha gente. Estoy convencido de que lo sabrá pronto.
Alguien que nos ha salvado de lo que probablemente hubiera sido un suspenso para mí y un final triste para Lucía.
Así que en este punto en que su mente no da vueltas en espiral hacia dentro sino que lo hace sólo hacia fuera aquella frase me paralizó por completo.
 Imaginaos todo lo que me perdería si alguien llega a conocer mi secreto. No puedo marcharme ahora, estoy demasiado unido al cuerpo de Lucía, a su mente…  sus sentimientos son exactos a los míos y me veo incapaz de separarme, ni siquiera soy capaz de mantener las distancias aun a riesgo de ser suspendido a mi vuelta.
-         - Tienes un corazón que no es de este mundo.
-          - Eso son tus ojos, mi corazón y yo somos de lo mas normalito.
Menos mal que Lucía siempre tiene una frase para todo, pienso mientras sonrio con ella y descanso tranquilo.
Karol Conti.

El intercambio

Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel. Me acerco despacio para no despertarle y le acaricio el pelo.
Entonces desaparece, se lo traga el colchón, mi mano permanece inmóvil en la cuna vacía.
Es la tercera vez que le explicó el mismo sueño a mi psicoanalista y la tercera vez que él concluye con un "necesitas un perro".
No entiendo como alguien puede comparar a un niño con un perro o con aquel conejo diminuto que me intento comprar mi hermana aquella tarde.
Lo que necesito es encontrar el momento justo para cambiar de carro al pequeñín de las pecas que cada día observo en el parque.
Karol Conti.