sábado, 8 de septiembre de 2012

Venganza roja.

"Aquel paraguas rojo le protegía de las gotas que estaban empezando a caer. Caminaba despacio por la acera, sin prisa" ya nada importaba y no creía que la lluvia pudiera borrar aquella imagen que ahora se reflejaba en los charcos que con tanta indiferencia pisaba. Les odiaba con la misma fuerza a los dos. Ella había permanecido callada en un rincón de la cama, sentada, implorando su perdón, mientras que el lo había intentado con una de esas frases tan típicas como poco efectivas - no es lo que parece cariño. Pero las bragas colgadas de la lampara y su amiga desnuda en la cama no dejaban otra opción. Ya se marchaba de la habitación cuando algo llamó su atención, un precioso paraguas blanco descansaba sobre el umbral de la puerta, la misma puerta que cerró de un portazo al descargar toda su ira sin pensarlo, el mismo paraguas que ahora empezaba a desteñir ese rojo con la lluvia.
Karol Conti.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Tan guapa como cada día.

"Enciendo la cámara cuando está distraída". Quiero inmortalizar este momento y sé que ella se empeñará en decirme que no es nada especial, que no se ha peinado o que no le saque con bata que le hace mayor.
Pero yo la encuentro tan guapa como siempre. Llena de esa vida que no ha dudado en regalarme y con la que sueña algún día volver a disfrutar en los parques, aunque esta vez sea yo quien cambie pañales.
Aprieto el botón pidiéndole que sonría, ella como siempre termina cediendo para sentenciar después de ver la fotografía - ¿ves? Lo que yo decía.
Karol Conti

martes, 4 de septiembre de 2012

Fin de la llamada.

"ah, nosotros también. Fin de la llamada". Esa había sido la ultima vez que había oído su voz, el ultimo susurro antes de ese pitido que ahora se hacia eterno en esa sala de hospital. Bip, Bip, Bip... Imposible no recordar como deje caer el móvil en el bolso sin extrañarme de aquella despedida, y como continúe con la fiesta incluso después de ver tantas y tantas llamadas perdidas. Imposible conciliar el sueño en una habitación donde aquel eco seco se convertía en el único hilo musical.
-No es tu culpa, ¿que podías hacer? Frases que cada visita repetía tratando de conseguir algún efecto en mi ya descuidada vida. Frases para mi, mas vacías que aquel cuerpo, que tendido en una camilla, luchaba por emprender un viaje mientras yo, egoísta y mas cobarde, lo impedía.
- No hay nada que hacer, podemos mantener las constantes pero... De nuevo eco en mis pensamientos, Bip, Bip, Bip...
De acuerdo doctor, puede hacerlo.
Fin de la llamada.
Karol Conti

lunes, 3 de septiembre de 2012

Excusa de terciopelo.

- "No he reservado", lo siento.
Juan siempre olvidaba las cosas, por muy importantes que fueran, y lo mejor es que siempre tenia una excusa para ello.
Así que ahí estábamos los dos, en silencio sentados en el bordillo de aquella elegante acera vestidos de etiqueta. 
Através de la enorme ventana se veía a los comensales disfrutando de innovadores platos mientras un par de violinistas inundaban el ambiente de notas, quizá más deliciosas que los propios platos.

¡Genial Juan!- logré decir al fin. Es genial, ¿qué excusa hay esta vez? Has tenido que ayudar a algún superheroe porque llega el fin del mundo, ¿ es eso verdad?

Él en silencio y sin mediar palabra se quitó la chaqueta de aquel traje alquilado, por un momento pensé que aparecería algún traje de superheroe debajo de la camisa que lo explicaría todo, pero continuó en silencio y la dejó en el suelo. En su mano una cajita azul de terciopelo se convertía en la mejor de las excusas.
Y ahí con la rodilla en el suelo permaneció inmóvil.
He olvidado reservar porque no hago más que pensar en ti y en si te querrás casar.


Karol Conti.