sábado, 8 de septiembre de 2012

Venganza roja.

"Aquel paraguas rojo le protegía de las gotas que estaban empezando a caer. Caminaba despacio por la acera, sin prisa" ya nada importaba y no creía que la lluvia pudiera borrar aquella imagen que ahora se reflejaba en los charcos que con tanta indiferencia pisaba. Les odiaba con la misma fuerza a los dos. Ella había permanecido callada en un rincón de la cama, sentada, implorando su perdón, mientras que el lo había intentado con una de esas frases tan típicas como poco efectivas - no es lo que parece cariño. Pero las bragas colgadas de la lampara y su amiga desnuda en la cama no dejaban otra opción. Ya se marchaba de la habitación cuando algo llamó su atención, un precioso paraguas blanco descansaba sobre el umbral de la puerta, la misma puerta que cerró de un portazo al descargar toda su ira sin pensarlo, el mismo paraguas que ahora empezaba a desteñir ese rojo con la lluvia.
Karol Conti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario