miércoles, 31 de octubre de 2012

Cucharadas

- Pues a mi me encanta que llueva. Escuchabas en silencio y sostenías esa taza de chocolate caliente mientras las llamas iluminaban el salón desde la chimenea.
- ¿En serio?a mi ya no, se me mojan las botas.
No sabia si debía intentar buscarle algún sentido a aquella frase, así que me limité a comerme a cucharadas el
Chocolate.
- ¿Y lo bien que huele después? Dije tras dos o tres segundos de mirada perdida entre las llamas.
Por fin sonreíste y juntas nos comimos a cucharadas tu pesimismo.
Karol Conti

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