¿De qué color eres? Aquel pequeñín me miraba y esperaba a que contestara su pregunta.
Le sonreí y le contesté que dependía de la estación del año. El también sonrió pero después, algo más serio, continuo - pues dicen que yo soy negro. Ahora estiraba la mano delante de sus ojos que empezaban a humedecerse, dicen que soy negro porque ven mi piel ¡menuda cosa! me lo dicen como si yo no tuviera espejos o no mirara mi reflejo en los charcos antes de pisarlos.
El pequeño me miraba atento cuando le cogí la mano y se la lleve junto al corazón. ¿Negro dices? ¿Sientes este ruido? Son millones de colores golpeando tu pecho.
¿De verdad? Sonrió él ¿ Y como hago para que salgan?
Verás, estos colores son con los que pintas cada sonrisa, cada beso y cada abrazo, solo tú sabrás como usarlos.
Eres un pequeño con suerte.
Me rasco la barbilla y continuo, Si, un pequeño arcoiris ¡Menuda suerte!
¿Sabes qué? Me dijo entonces el pequeño, sabia que no eras de color blanco.
Y los dos, en silencio, nos dimos un abrazo de todos los colores.
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