martes, 6 de noviembre de 2012

CALVO


Podría haber salido corriendo detrás de aquel sombrero que rodaba por la calle, pero encambio, me quede disfrutando de su huida.
¡Detengan a ese sombrero!
Alguien grito desde la otra acera con cara de pocos amigos, en su cabeza una peluca mal colocada me hizo sonreír. 
No reparé en que vestía de uniforme hasta segundos después, cuando aquel joven policía ya corría detrás calle abajo.
Supe entonces que aquel sombrero era sin duda culpable de un grave delito, quiza complice del viento, pero culpable al fín y al cabo.
Metros arriba y apoyada en un portal, descubrí al testigo principal. Una joven guapísima, rubia con el pelo trenzado, sostenía entre sus manos una alianza, su cara desorpresa y el hecho de que no dejara de repetir aquella marca de atún, me convirtieron por una vez, en la mejor detective de mi barrio.

Karol Conti.

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